No te preocupes, es normal y tiene cura.
El cerebro humano se ha ido moldeando para la supervivencia y ha creado el mecanismo para detectar rápidamente los peligros.
Criticamos a nuestros hijos para protegerlos de tal o cual conducta que creemos podría comprometerlo.
Este sesgo de negatividad puede ser muy útil si la vida de tu hijo corre peligro, pero la mayoría de las veces, afortunadamente, no es así.
Imagina que tu hijo está pintando un dibujo maravilloso, con todo tipo de detalles, sombras, perspectivas… Tu hijo está absorto, contento y feliz desarrollando algo que le entusiasma. Y tú sólo ves, y le recriminas, que todos sus lapiceros están desordenados por la mesa y algunos han caído al suelo. Con eso vas a limitar a tu hijo a la innovación, el crecimiento, el éxito y la realización personal.
La atención hacia lo negativo nos ha ayudado a sobrevivir. La atención hacia lo positivo nos ayuda a prosperar.
Cuéntame en los comentarios si has tenido alguna situación parecida y ahora, al contarte esto, la has hecho consciente.
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